Me repugna este tipo de periodismo, el mismo que me repugnó cuando murió Rocío Jurado y una cámara no dejaba de enfocar el ataud solitario mientras desmontaban la capilla ardiente. Es asqueroso que las cámaras se recreen en el dolor, en el sufrimiento... ayer no pudieron grabar el avión hecho añicos porque gracias a Dios se estrello detrás de un pinar. A cambio se tiraron como lobos hambrientos detrás de toda lágrima desesperada que vieran por los pasillos de terminales u hospitales. Es lamentable. Pero más lamentable es que exista un nutrido grupo de espectadores que demandan esta carnaza deprimente. La television general formatos que demandan los espectadores. Y aunque nos duela todo esto es así porque al público le gusta ese sensacionalismo barato que venden. Nos regodeamos en el fango de las desgracias y nos hemos hecho inmunes al dolor, al sufrimiento, a los amasijos de hierros que encierran lamentos agonizantes. Esto es lo más triste. Nos hacemos de hielo.
Totalmente de acuerdo estamos acostumbrados a ver muerte y dolor y nos hemos inmunizado. Pero como bien dice ina, si esto se emite es porque sigue generando audencia.
Es como los programas del corazón (y que no se malinterprete mi comparación), son los más criticados, pero siguen teniendo muchísima audencia.
4 comentarios:
¿Se puede valorar un periódico en agosto? Parece que Público no ha pillado a buenos becarios...
Me repugna este tipo de periodismo, el mismo que me repugnó cuando murió Rocío Jurado y una cámara no dejaba de enfocar el ataud solitario mientras desmontaban la capilla ardiente. Es asqueroso que las cámaras se recreen en el dolor, en el sufrimiento... ayer no pudieron grabar el avión hecho añicos porque gracias a Dios se estrello detrás de un pinar. A cambio se tiraron como lobos hambrientos detrás de toda lágrima desesperada que vieran por los pasillos de terminales u hospitales. Es lamentable. Pero más lamentable es que exista un nutrido grupo de espectadores que demandan esta carnaza deprimente. La television general formatos que demandan los espectadores. Y aunque nos duela todo esto es así porque al público le gusta ese sensacionalismo barato que venden. Nos regodeamos en el fango de las desgracias y nos hemos hecho inmunes al dolor, al sufrimiento, a los amasijos de hierros que encierran lamentos agonizantes. Esto es lo más triste. Nos hacemos de hielo.
No nos hemos acostumbrado a conocer o saber, sino a "ver las imágenes de lo ocurrido".
Totalmente de acuerdo estamos acostumbrados a ver muerte y dolor y nos hemos inmunizado. Pero como bien dice ina, si esto se emite es porque sigue generando audencia.
Es como los programas del corazón (y que no se malinterprete mi comparación), son los más criticados, pero siguen teniendo muchísima audencia.
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