Mis abuelos llevaban 66 años juntos.
66 años de romance y de repente la soledad.
Qué duro y qué bello.
Ya no existen amores así, ¿no te parece?
¿Y nosotras?
¿Tendremos tanta suerte?
Ayer, mientras el sonido de los claxon se metía por mi ventana y luchaba con mi sábana por repartirnos el calor de la noche madrileña, me di cuenta de cómo ha cambiado todo. La Eurocopa del 64 la ganamos, las del 84 la perdimos… en 1984 nací. Un año antes mis padres se casaron, ya hace 25 años, bodas de plata, buff cuántos años a las espaldas. Y ahí los tienes juntos, contra viento y marea queriéndose como el primer día. NUNCA los he visto discutir. Se conocieron y su noviazgo fue difícil, tuvieron que pasar muchas cosas malas y nunca me hablan de ello. Supongo que esas cosas son las que refuerzan los lazos. Mis abuelos, nuestros abuelos, han vivido y se han querido con una guerra y una dictadura de por medio. Tiempos difíciles. Mis abuelos se querían, ayy cómo se querían. Cuando mi abuela murió no dijimos nada a mi abuelo. Ya estaba muy mayor y la cabeza se le iba, así que decidimos que lo mejor era hablarle de un viaje cuando el preguntara por ella. Jamás se me olvidará como, cuando mi abuela entraba por la puerta de la salita se le iluminaban los ojos y me decía “mira qué guapa es mi novia”. Se querían mucho, se quisieron durante más de 60 años, y eso hace mella. Mi abuelo se dio cuenta de cuándo murió mi abuela, aunque nosotros no dijéramos nada, y no soportó la soledad, los ojos se volvieron tristes y llorosos y al año siguiente se le apagó el corazón de tristeza, porque su novia ya no entraba cada mañana por la puerta de la salita.
Los abuelos de mi amiga llevaban 66 años juntos, también vivieron tiempos difíciles. Ayer lo pensaba y me pareció tan triste. Triste por tener que obligarse a separarse, triste porque nosotros tenemos una vida por delante para compartir todo con alguien y nuestro egoísmo nos impide ceder un ápice por amor. Quizá hemos nacido en tiempos demasiado buenos. Tiempos en los que se nos da todo, se nos pone todo al alcance de la mano. Hace tiempo que dejamos de luchar. Ya no sabemos hacerlo. Y por eso básicamente tampoco sabemos querer.
Una vez un buen amigo me comentó que el creía que muchas parejas estaban por estar. No lo sé, puede, quién sabe. Una historia de dos, es eso, una historia de dos y cualquier narrador que trate de contarlo desde fuera siempre errara en el tiro. Yo creo que cada cual quiere a su manera. O trata de querer. Por eso os digo que, si habéis encontrado a alguien a quien querer, lo queráis como si mañana fuera a irse, porque 66 años pasan volando y la soledad es muy mala compañera. Pensad en los que continuamos nuestra búsqueda. Pensad antes de discutir porque uno quiere ver el partido y el otro ir al cine en lo que sería no tener la posibilidad de ponerse de acuerdo. Pensad en la suerte que tenemos por poder disfrutar de alguien en tiempos como estos y no en los de antes donde todo eran preocupaciones y después de todo eso se sacaba tiempo para el amor.
Chiquina, esto es para ti y tus abuelos. Te quiero muchísimo, no lo olvides
Señor-ina