martes, 26 de octubre de 2010

Síndrome de Estocolmo

Fue muy sonada la reciente polémica con el debut en la dirección de Angelina Jolie. El tema de su película, una mujer bosnia que se enamora del soldado serbio que la viola, resulta ofensivo.




Este síndrome de Estocolmo a lo bestia no es nuevo en la historia del cine, el caso más famoso es probablemente el de la película “Portero de Noche”, también dirigida por una mujer, que cuenta el reencuentro entre un ex oficial nazi y una joven judía a la que años antes había sometido a múltiples vejaciones, y que levantó ampollas en su momento. Tampoco es nuevo en el mundo real, durante la dictadura argentina, por ejemplo, varias prisioneras políticas terminaron casándose con los que fueron sus carceleros. Para añadir más desazón al asunto hay que resaltar que algunas de ellas habían entrado en la cárcel junto a sus novios, chicos que jamás salieron de ahí. De todos modos tampoco hay que irse a los años 70 para dar con estos casos, hoy día es habitual encontrarse con mujeres maltratadas que no abandonan a su pareja porque dicen estar enamoradas. Y no hay que tirar de prensa y televisión para encontrarse con esto, a veces basta con mirar por la ventana. Hay quién dice que este sadomasoquismo extremo es exclusivo de las mujeres. No lo tengo tan claro.

Es cierto que estos casos concretos, con sexo de por medio, llaman más la atención, pero creo que, extrapolando un poco, nos encontramos constantemente con este tipo de anomalías en la conducta. Respetar, defender, amar, incluso adorar al que se supone, deberías detestar. Por ejemplo resulta curiosa esa casi unánime muestra de repulsa hacia los dos exabruptos que ha habido contra altos miembros del PSOE en los últimos días. Y no me refiero a las siempre bienpensantes manifestaciones de los grupos parlamentarios, me refiero a las manifestaciones de la gente de a pie. Una persona que gana 200000 euros al año no necesita que nadie la defienda. Quizá la gente que toma medidas políticas a espaldas de su electorado no se ha ganado que la llamen muñeca hinchable, ni ser ridiculizada porque se le escapen cuatro lagrimitas cuando es destituida, pero mucho menos se ha ganado apoyo y compasión por parte de ese grueso de la población del que se ríen a diario.

Ser un lacayo que babea cuando ve pasar a su amo no es lo mismo que enamorarte del cabrón que te ha violado, pero ambos comportamientos tienen una misma raíz.

Señor S

viernes, 22 de octubre de 2010

El día que Darth Wader quiso robar la navidad…

Quizá la mejor entrega de la saga, con permiso de Mel Brooks.

Señor S

martes, 19 de octubre de 2010

"La red social"

“Una noche de otoño del año 2003, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), alumno de Harvard y genio de la programación..”


Así empieza la sinopsis de la enésima “película del año”.

Durante el bombardeo mediático de las últimas semanas he visto lo típico; entrevistas a los actores, reseñas en periódicos, deliberada publicidad en telediarios … Pero también lo atípico, como que una película de encargo, dirigida por David Fincher (que solo ha hecho un trabajo reseñable en toda su carrera), estuviese en la oferta de uno de esos cines de Madrid en los que solo pasan V.O de cintas de autor.

Se ha llegado incluso a comparar “La red social” con “Ciudadano Kane”, ya se sabe, hay que inflar la categoría del producto, pero lo que más me ha tocado la fibra es lo que dijo uno de los actores principales en una entrevista. Me refiero a Justin Timberlake, famoso por sus dotes interpretativas , que repitió cual lorito aquello de que el fundador de Facebook es un genio para añadir finalmente algo así como que se sentía muy identificado con él. Fascinante. Yo, en cambio, diría que en lo único que se parecen ambos es en que ninguno es un genio de la programación. Facebook lo programa un simio.

Mark Zuckerberg se hizo a sí mismo, a Justin Timberlake le fabricaron por capricho de un magnate que quería jugar a ser productor musical. Mark Zuckerberg es guapo porque está forrado, Justin Timberlake es guapo porque así lo dictó el marketing. Mark Zuckerberg se hizo rico aprovechándose de que vivimos en un mundo de soplapollas, Justin Timberlake simplemente vive en un mundo de soplapollas.

Mark Zuckerberg es un héroe moderno, el tipo al que todo el mundo se quiere parecer. ¿Por qué?, porque solo le fue necesaria un poco de suerte y cierta falta de escrúpulos para llegar a la cima, una genialidad al alcance de cualquiera. No me interesa su historia, demasiado vista. Ni Facebook.


Señor S

sábado, 16 de octubre de 2010

Vuelve "Sin tetas no hay paraiso"


Telecinco no arriesga y apuesta por un nuevo 'remake' de la famosa telenovela colombiana.


Señor S

martes, 12 de octubre de 2010

Vidas ejemplares, hoy....Charles Bronson


Hoy ponían una de Charles Bronson en Nitro, el canal con olor a Brummel. Era una de las pelis del final de su carrera, ya entrados los años 80, etapa en la que hacía siempre el mismo papel; Tipo con bigote y entrado en canas llega a barrio del extrarradio stop el barrio está podrido de delincuencia, mafia y maldades stop conoce a una atractiva rubia veinteañera (quizá virgen) stop decide impartir justicia stop se tira a la rubia stop imparte la justicia stop le dice a la rubia “sabes de que iba esto, muñeca” stop se va del barrio sin girar la cabeza STOP. El hombre protagonizó varios westerns y fue secundario en películas míticas como “Los siete magníficos”, “Doce en el patíbulo”, “La gran evasión” o “Cuando llegó su hora”, pero al final todo el mundo le asocia al género Harry el suciesco. Me lo pasé bien viendo la de hoy, era desternillante sin pretenderlo, como Intereconomía TV. En fin.. no siento nostalgia por ese tipo de cine, pero sí por el bueno de Charles. Y respeto. Sería impensable que alguien con ese físico hiciera hoy el papel principal, ahora reservado a Collin Farrel y similares. Igual que ya no hay barberos de los de dos peinados (raya a un lado y raya al medio), ni humo ni serrín en los bares.

Aunque no está todo perdido..







Un apunte más:
- Es más que probable que Charles Bronson no sea de Bronson, Missouri si no de Ehrenfeld (Pennsylvania)



Señor S