
Desde que recibí la noticia, la soledad y la tristeza están marcando estos últimos días, como si el mundo que hasta ahora conocía se viniera abajo. Sí, va en serio, porque los últimos referentes de un estilo de vida que vivió sus momentos de gloria en el pasado siglo cierran sus puertas. Están cerrando establecimientos que generan en mí una extraña sensación y con total impunidad, sin que nadie haga nada por remediarlo.
Hacía tiempo que venía recibiendo señales de humo, llegamos al final de un ciclo, una etapa marcada por una intensa experiencia personal, de búsqueda y de travesías en solitario. Sí, han sido años espectaculares, tengo la sensación de que ahora como decía el poema de Gil de Biedma: “la vida va en serio...”
Las tiendas, y sobre todo los bares, influyen con el paso del tiempo y visto desde la distancia de una manera definitiva en tu crecimiento personal, me vienen a la memoria... el cantar rancheras con Victor, los abrazos en la bolera Park Gijón cuando jóvenes ganábamos partidas, los aromas Vikingos, el olor a viejo de Personajes, la Sirenita en el Robledo, el Parque Jurásico en el Hernán Cortés, Aladin en el Arango, el Batido de Chocolate en el Dindurra en Carnaval o la antigua anécdota del pollo-chicle en casa Óscar “el maricu”, todos dejaron profunda huella en mi memoria y muchas de las personas que conocí en mi corazón..
Quizás sea la jubilación del dueño, los “políticuchos” sin escrúpulos, el avance del Capital, la falta de subvenciones hacia este patrimonio, la subida del precio de la vida, los nuevos gustos, las nuevas modas, la globalización…lo que ha determinado el cierre de tantos y tantos sitios. En ellos el tiempo se detuvo, esa es la sensación que recibes al entrar, un anacronismo en tiempos de especulación, y es que ya no se respeta nada, y como no estamos ni en Francia ni tampoco Inglaterra, pues al hoyo señores!!!
Marcaron la diferencia, sí señor, en ellos no se escucha música y tampoco se va a pasear el palmito, ni a figurar. A ellos se iba a conversar de lo divino y humano, a comprar única y exclusivamente, a mirar a las mujeres que en pocas dosis aparecen de vez en cuando ofreciendo ante nuestros ojos un sensual cruce de piernas, a beber y a fumar sin ser criticado, a ver a esos amigos a los que conocemos sin saber exactamente a que se dedican, a seducir a tu chica, a decirle cosas bonitas y a creerte Romanones por un día.
Tantos años dedicados al noble arte del comercio y del bebercio, a influir sobre todos nosotros, a enseñarnos a actuar. Recordaré los consejos recibidos a altas horas de la mañana, apurando la penúltima entre los fogones de la cocina, recordaré esas barras legendarias que lo han visto y oído todo, pero sobre todo guardaré en mi memoria la imagen de mi chica que esperándome en un taburete pintándose los labios me hizo sentir protagonista en tantas noches triunfales.
Hay establecimientos que nunca deberían dejar de existir porque forman parte de la historia de una ciudad, son testimonio de otra época que no nos ha tocado vivir o que sólo hemos conseguido rozar (no por ello menos interesante) y reflejo de una forma de vida en la que las características físicas del local, los profesionales que en ellos trabajan y los parroquianos que a ellos recurren son lo más importante. Así he elaborado la siguiente lista:
Inventario de recursos perdidos:
· Café Dindurra (Coca-cola con sus anuncios y la ley del tabaco acabaron con él)
· Sidrería Tropical (traslado al lado del Méjico Lindo, se pasó al sidranator tipo Mater-Serpientes y perdió el serrín)
· La Torrica (con tanto cartel luminoso ahora parece un bar de carretera y los nuevos dueños son un poco ariscos)
· Tienda “Los diez precios” (Primer bazar antes de los chinos en Gijón que estaba situado en medio de la calle Asturias, no pudo aguantar la competencia de precios y la venta de sevillanas y toros para encima del televisor dejó de estilarse)
· Librería Personajes (marcharon a Oviedo a su otra tienda)
· Pub Victor (Ya no sabe ni lo que es pero al menos conserva la fachada)
· Bolera Park Gijón (creemos que sigue siendo bolera pero no tiene bolos, sólo cafetería ¿?)
· Boutique Montecarlo (ropa de nuestros abuelos y de los abuelos de estos transformada en Stock Manía)(lo mismo ha sucedido con la que está haciendo esquina en la calle Los Moros con Jovellanos, al lado de Joseph)
· Cines como el Hollywood, Arango, Robledo, Albéniz o Hernán Cortés (transformados en Alimerka, Corporación Dermoestética, Mc Donalds, Club nocturno y Casino respectivamente a favor de la comercial industria del cine hecha Yelmo Cineplex y películas “taquilleras”, sin comentarios…)
· Pipo´s Pub (Ahora reformado en Bocatería)
· Puestos ambulantes como los del afilador o el gitano con la cabra gigante (véase llama) al que se le tiraban monedas por la ventana ya no es habitual.
· Pub “El Circo” (hoy Bebe Max, desconozco su interior habitual pero ha cambiado de público y lo regenta el rarito aquel al que Andrés se lo vendió)
· Pub Monasterio (se pasó de cutre)
· Bar El Molinucu-Camioneta (Recientemente pintado, aliviado de desconchones y colgado de cuadros modernos. Ha subido los precios)
· Tienda de artículos para el hogar y belenística de Relancio “el Rancio” (Transformada en una tienda de artículos para el hogar para “gente cool” con nombre cambiado a Locería de Pastor)
· Mercado del Sur (Supercor ha conseguido liquidar a la gran mayoría de las verduleras que por edad ya no pueden luchar contra este Goliat)
· Discos Menphis y Discoteca (apostaron por el casete en la época del cd hasta que no pudieron aguantar más, hoy son tiendas de ropa cara)
· Tienda de Ropa-Pesca-Juguetes-Souvenirs-Sky-Menaje-Inventos conocida como “Tuya”, en la Playa cerca del Mavy´s (ahora es una tienda de báteres)
· Tienda de artículos de broma y goma de Óscar “El maricu” (Creo que transformada en un óptica Afflelou/tienda de ropa)
· Librería Magazine (esperemos que sea temporal y que vuelvan con su imagen original)
· Defunciones sentidas como la del Mercrominu (carrilano popular y célebre) que no vendía nada pero alegraba.
Inventario de recursos amenazados a este paso:
· Restaurante La Mejillonera (sabor indescriptible, “patatas bravas y mejillones cojonudos”, recomendadísimo, camareros distraídos pero rápidos atendiendo, precios populares, para gente muy peculiar)
· Bocaterías/Burguers del estilo Vikingos, Escalerona, Chopper, Jamaica, etc… (sabor de verdad, trato exquisito y personalizado por que te conocen con dos veces que pares, Allá tú en la tele, personajes dispares y de todas las clases sociales, suelen tener periódicos)
· Bodega La Mancha en Pumarín (conserva barricas en las que se debió de hacer el vino de la última cena, tiene postales de estas que puedes girar y de una manera parece una princesa y al revés una vieja, calendarios de mujeres desnudas, cabeza de toro colgada en la pared y otros muchos artículos)
· Savoy Club (el original puede perder funcionalidad por culpa del pastiche nuevo)
· Calzados Chiqui (su fachada e interior merecen la pena entrar en cualquier catálogo urbanístico)
· Pizzería Las Candelas (primera pizzería de Gijón y sus pizzas siguen siendo las mejores de la ciudad. Especialidad también en fondue, crocanti y limón helado)
· Karaoke Chicago (si cierra esto a dónde vamos a ir a cantar “El gato que está triste y azul…”)
· Heladería Islandia (la mejor nata montada de España y helados de sabores insospechados. Hasta el Príncipe Felipe comió allí)
· Discoteca El Dragón y Discoteca Malena (desguaces míticos a los que van a bailotear las viejas glorias de la ciudad y al que me gustaría que siguieran yendo)
· Club Cánovas (local de transformismo por antonomasia en Gijón sino que se lo pregunten a Gene y “sus tigres”)
· Tienda de artículos de segunda mano “Segunda Mano” (local lúgubre con gato, pareja de dueños muy simpáticos que ponen un precio distinto cada vez que preguntas interesado por el mismo artículo, huele almizclado)
· Tienda de comestibles en San Bernardo al lado del Ayuntamiento haciendo esquina (interesante colocación de sus productos y conservas en el escaparate y ojo a la venta de pescado en salazón todavía a día de hoy)
· Casa Zarracina (todavía tienes el servicio fuera del bar y los mejores oricios de Asturias)
· Pensión Benita (taburetes anclados al suelo para que no marches con ellos, sillas de camping, calimocho 2€, ocamocho si lo lees, cartel del circo italiano del año 90, bocadillos frescos, camareros enfilaos, música indeterminada a tenor de las copas de los camareros, desorden de papeles tras la barra, trato exquisito parroquianos de la talla del hombre de la cripta que recibe el correo allí por ser residente o del mimo del medievo)
· Droguería Asturiana (auténtico local 100% decimonónico)
· Bar Riego (antiguo establecimiento del Gijón más industrial, precios baratos, pinchos por doquier, menú del día hasta hace poco a 5 €, parroquianos de la talla del maestro Don Victor)
· Librería Paradiso (Se mantiene en su 30 aniversario como referente de la cultura gijonesa con reminiscencias de estilo inglés. Este espacio de culto, que nació en Cimadevilla, guarda el secreto de la mejor literatura y música, todavía en vinilo)
· El Rinconín de Deva (bar de camarero huidizo de cambios en su esquema mental de colocación de mesas, comida de calidad excepto en las tortillas, futbolín, billar y dardos sonoros, corre riesgo de que las modas reformadoras y los clientes esnob de bares cercanos perturben su paz)
· Bar El Frontón, en Jove (amenazado por la piqueta de las constructoras este local con frontón transformado en terraza alberga una de las mejores selecciones de música, roscos de bacon con queso y futbolín)
“Todo parece indicar que el tiempo ha vuelto a cambiar. Habrá que salir del letargo y cuidarse de los idus de marzo”
El espíritu de Humboldt