Civismo geriátrico

"Que poca educación tienen hoy en día los jóvenes" Cuantas veces no habremos escuchado esa hiriente frase.

Hiriente porque nosotros, mi generación, a pesar de que los fines de semana nos transformábamos en cuerpos totalmente poseídos por el alcohol (y sólo el alcohol en la mayoría de los casos), que vomitaban en portales, cantaban estúpidas canciones que sólo nos emocionaban a unos pocos (dios El gato volador...), meaban esquinas, gritaban por la calle y en escasas ocasiones agredían el mobiliario urbano, entre semana cedíamos el asiento en el autobús, abríamos las puertas para dejar salir antes de entrar, tratábamos de usted y con respeto a los mayores. Decíamos: “Perdón señor/a, ¿me puede pasar el balón?” y no: oyeee píllame la pelota oh. Nosotros que hacíamos travesuras y no delincuencia y que cuando un adulto nos llamaba la atención nos sonrojábamos y huíamos a la velocidad del rayo y no nos encarábamos ofreciendo, vulgarmente, ostias, aunque este es otro tema, nos sentimos ofendidos al oír esa frase.

Ancianos de nuestra sociedad, ¿qué les pasa en las colas? No somos los jóvenes los que nos colamos en el supermercado, ni invadimos las nucas ajenas con nuestro aliento, ni nos asomamos como péndulos impacientes por los costados de la persona de delante. Por amor de dios que hay una enorme señal en el suelo que pone GUARDE SU TURNO AQUÍ y se la pasan por el arco del triunfo… lo que nos obliga a los demás a adoptar posturas dignas del mejor contorsionista para meterles el codo entre los costaillos para ver si así nos dan un poco de espacio vital tan reivindicado por SEAT.

No nos aprovechamos de nuestra edad para decir ¿y no podrías hacerlo tú que soy joven e inexperto? Al igual que los ancianos dicen “es que soy mayor y no me entero”, no dejamos la cesta de la compra en caja para “acutar” el sitio y seguimos haciendo la compra y… que a ninguno de los recaderos de mamá y papá que bajamos a por una triste barra de pan se nos ocurra pasar delante, que nos ponen a caldo y se monta en mitad del Alimerka una del copón.

Ancianos que nos lean, si nos lee alguno, no crucen por donde no deben, porque no están ustedes lo ágiles que se piensan, que hay que asumir las precariedades de cada uno, igual que yo asumo que si voy con mi moto, no soy Alex Crivillé para poder hacer una pirueta indescriptible cuando uno de sus coleguitas suicidas se me tira a la carretera con la idea de que como soy moto, QUE ME ESQUIVE, y cuando voy en coche QUE SE PARE

Que está bien tener un respeto a las canas, pero ¡no se aprovechen por dios Que es vergonzoso, yo que trato al día por motivos laborales con muchas personas de edad avanzada y cada día alucino más con la jeta que le echan a la vida.

No les odio porque tengo abuela y veo que no todos son iguales pero, como decía un gran amigo del instituto: “a los viejos había que matarlos de pequeños. La primera señal de que eres uno de ellos es hacerse las cosas encima. En cuanto me pase, me tiro de un séptimo para abajo”

Un saludo,

Bicho