El magazine de Jehová

En general, cuando un viandante se encuentra por la calle a un par de simpáticos testigos de Jehová tiende a esquivarles. Desde muy rapaz fui advertido por mi madre, “No les mires a los ojos, ¡qué luego los tengo que aguantar yo!”… Pero yo siempre les miraba, no podía evitarlo, me intrigaba ese saltarín caminar que llevaban. Los testigos aprovechaban ese detalle, “¡Qué niño más despierto tiene!, ¿quiere información sobre Jehová señora?, ¡es gratis!”. Mi madre respondía dándome una tocha “¡Qué te tengo dicho!”, acto seguido ponía su mirada en el par de pastores de dios y les despachaba con un “Si, si, muy majo, hasta luego”. Yo flipando, “Mamá, era gratis!!!”…¡ala! otra tocha. Es curioso como el benevolente Jehová provocó indirectamente cierto maltrato infantil en mi persona a principios de los 90. El caso es que los años pasaron, los testigos seguían picando a mi puerta, seguían asaltándome por la calle... y yo, la letra con sangre entra, les iba esquivando como podía. Pero es imposible escapar a las garras del gran Jehová, único y verdadero Soberano del Universo. Llegó el hermano Ferm el lunes pasado al trabajo de buen humor, traía dos revistas en la mano. Las posó encima de la mesa y encendió su ordenador. Un fuerte impulso místico hizo que fijase mi mirada en ellas.. “Joder Fermin, ¡Qué mi madre faes con eso!”. Me respondió con un “Ohh, pequeño Sam, ¿acaso no conoces aún la palabra de Jehová?, lee”. Nada más ver la portada de la primera revista lo comprendí todo.

“¡Despertad!
¿Es posible un mundo sin delincuencia?
Además: Perdona Dios los pecados (pag 10)”

Espectacular, me sumergí en la revista como poseído… había predicciones (“los justos poseerán la tierra”, “dentro de poco no existirá el delito), reportajes de investigación (“La Biblia es compatible con la evolución genética”) , pasatiempos (“¿Cuál de las siguientes palabras sobra? Amor, dolor, paz, amistad”), cartas de los lectores (“Me encantó el artículo en el que hablabais del arca de Noé y su estructura, decidí hacer una maqueta..”)… pero lo mejor de todo fue una página que decía:

“En el próximo número
- ¿Hay una sola religión verdadera?
- ¿Es la superstición compatible con el verdadero cristianismo?
- ¿Qué hay de malo en decir palabrotas?”

Maravilloso, descubrí el por qué de esa sonrisa perenne entre los testigos de Jehová, el secreto está en su panfleto mensual. Ni Ibáñez, ni jueves, ni hostias….

Señor S