JULIÁN DIZY GARCÍA

En uno de sus últimos artículos, Cuca Alonso entrevistó a “una persona muy reflexiva, de conversación interesante y que siempre va mucho más allá de lo previsto”. El personaje que engloba dichas cualidades es Don Julián Dizy García, director del IES N.º 1. Persona de “buena estatura, fuerte y aspecto jovial” a pesar de algunas canas. “¿Ha nacido usted en Gijón?”, le preguntó. Y sólo pronunció dos sílabas, “sí, sí...”. Apenas dos sílabas dichas con tal acento que se convirtieron en un compendio de pasión, de entusiasmo y amor hacia Gijón. “¿En qué fecha?”, prosiguió. “El 28 de septiembre de 1956; el mismo día que Brigitte Bardot, excepto el año, claro”. Y tan claro, quién se lo diera. Nuestra cronista supo así, de inmediato, que estaba ante un hombre con un extraordinario sentido del humor, síntoma inequívoco de una buena inteligencia. A partir de ahí, una seda, reflexiones, las que deseen...

Empezó a trabajar hacia el año 1978 en procesos de selección como el de la Fábrica Santa Bárbara, de donde tomaría ejemplos para las futuras clases de Física de sus alumnos donde se dispararían diversos proyectiles... Mientras tanto, estaba preparando la oposición para obtener plaza en un instituto, la cual aprobó en 1979. Su primer destino fue en el Instituto de Moreda, donde pasó un año. Tras otros tres en Avilés, llegó al IES N.º 1., un sitio precioso, rodeado de hermosos jardines en los que hay 190 árboles (dato aportado por él en la entrevista, lo que denota una mente metodológica y sistemática). Director desde 1985, lleva 22 años en el cargo, y según él, no ha asistido a ninguna decadencia de la educación porque cree en la juventud y en la conservación de las formas a través de la urbanidad, el compañerismo y la disciplina escolar. Como hombre que rechaza esta época en la que no abundan las luces, arremete contra las políticas en materia de educación que no relacionan a ésta con una actividad social circunscrita más allá de los muros de la escuela. Amante de la pluralidad y la multiracialidad, embiste contra sistemas educativos exteriores como el francés con gran acierto, sin dejarse llevar por la idea generalizada de que todo lo que viene de fuera es mejor.

Conoce muy bien Europa y en los tiempos soviéticos hizo la ruta del Transiberiano. El tren, de puntualidad matemática, necesita nueve días para recorrer los nueve mil largos kilómetros que separan Moscú de Vladivostok, en el mar de Japón, y él empleó un mes en la aventura. Sin embargo hecha en falta tiempo para recorrer América, su asignatura pendiente.

Con este carácter positivo y optimista, el vaso del señor Dizy siempre estará medio lleno. Tras estudiar el Bachillerato en el Instituto Jovellanos, Julián Dizy se licenció en Ciencias Químicas en la Universidad de Oviedo, se doctoró por el Departamento de Ingeniera Química de dicha Universidad. Su tesis, “Coeficientes de difusión” obtuvo cum laude, pero como él modestamente dice “ésa es una calificación bastante normal”, a la que no le ve mérito. Julián Dizy está casado y tiene dos hijos.

También tiene amor por el trabajo y pasión por la enseñanza y el conocimiento, cosa que le aleja de otros cerebros de la escena pública gijonesa situados muy por debajo de ese panteón del saber al que no hacen otra cosa que insultar cada vez que abren la boca.

El Espíritu de Humboldt