martes, 22 de abril de 2008

La literatura va de culo


Señores blogueros, desde que he leído lo que he leído me he replanteado dejar el mundo bloguero, una retirada a tiempo no es una derrota… O si? Bueno, no sé… Lo que sí sé es que creo que jamás podré superar al Sr. Cantos, literato contemporáneo que, tras jubilarse y colgar el uniforme de inspector jefe de la Policía Nacional, ha publicado el libro “La paz volátil”.

No señores, no habla de cómo conseguir la paz espiritual o de la fugacidad de algunos estados mentales en los que la paz se apodera de nosotros. No habla de la paz mundial, ni de la paz como antítesis a las cosas malas, pero malas, malas… El Sr. Cantos dedica su libro a sus experiencias más trascendentes… las ventosidades… Sí, señores… a los pedos… Es más, teoriza sobre ellos.

El Sr. Cantos, que en declaraciones a los periodistas ha dicho que ha tratado de redimir a esa criatura siempre prohibida y mal vista (el pedo, se sobreentiende) y que todo surgió a partir de una idea personal basada en vivencias gaseosas que de niño compartía con sus amigos, no es el primero que osa tratar este tema. De hecho ya lo hizo en su día un magnánimo de la literatura castellana, Don Francisco de Quevedo que escribió “Gracias y desgracias del ojo del culo”:


No hay contento en esta vida
Que se pueda comparar
Al contento que es cagar


D. Enrique Cantos llega a establecer en su libro una clasificación de flatulencias de la cual aquí os dejo un extracto:

-. Pedo de fuego: un alivio que es imprudente, o no se alza bien la nalga, abrasa y hay que levantarse para ver si sale humo por detrás.


-. Pedo parlante: suena como la charla. Uno se lo tira en el salón y la suegra, que está en el baño responde: ¿Qué has dicho Marcelino?

Otros son:

-. Pedo Imperial
-. Pedo Terminator
-. Pedo Saturday Night


Me gustaría jugar con vuestra imaginación y creatividad y que en vuestros comentarios expliquéis a que tipo de pedos se refiere con estas denominaciones…

Yo no sé que pensar, porque como mis amigos saben muy bien, las niñas no hacemos esas cosas… eso no está en nuestra naturaleza.


Sean felices, yo trato de serlo.



Señor-ina



Anotación al margen: a lo de retirarme de la faz bloguera... aún no les daré el gusto.

7 comentarios:

Avan dijo...

por dios señor-ina, que descarada. ¡Vas a abochornar a humboldt!.

Unknown dijo...

Me parece que este tema es demasiado soez como para que yo pueda verter aquí ningún tipo de comentario/explicación.

El Espíritu de Humboldt dijo...

Si ya te digo, menudo purrrfff!!!!! mental que trae Señor-ina

Bonita del Norte dijo...

Ninguno se atreve a darme su visión de las ventosidades expuestas... creí que esto era un sitio de críticos con imaginación, ironía y un poco sinvergüenzas... pero al parecer mis chicos son muy castos... y mi chica... no me olvido de bicho!

Bonita del Norte dijo...

Y hablando de descaro... señor Avan, no soy yo la que va grabando baños públicos poco higiénicos y boñigas near de real palace...

Avan dijo...

Hombre...... nunca me he interesado en demasía en la clasificación de los pedos, pero he de decir que el pedo Terminador sí que lo conozco, es ese pedo que no puedes evitar tirarte cuando vas solo en el ascensor. Durante el trayecto rezas para que en el piso de destino no haya nadie esperando..Pero suele coincidir que ese alguien está ahí. Sales del ascensor pálido, serio y con la mirada perdida, casi sin saludar y directo a tu destino.. como un Terminator.

María a rayas dijo...

creo que en el día del libro hablar de un ejemplar así simplemente huele mal...
como ambientador necesario para aromatizar nuestro intelecto regalo una frase de Juan Gelman, que probablemente a estas horas estará llenando de periodistas mi preciosa ciudad cervantina:

"la poesía es un árbol sin hojas que da sombra"

y bajo ella me cobijo...(lo añado yo..)

Feliz día del libro a todos!!