Inicialmente recordar el artículo escrito sobre el percance con un gigantesco felino de camino al autocine ya tiempo atrás. Para aquellos despistados, ir al artículo del 20 de Abril llamado “Gato a la parrilla” y podréis refrescaros la memoria o pinchar en el punto crítico “general” y lo encontraréis en tercer lugar.
Ya con el coche reparado, y tras varias semanas en las que la película ofrecida no motivaba, por fin, el pasado viernes 20, exactamente 2 meses después de la tragedia, decidimos volver al auto a ver HULK.
De nuevo por aquellas sinuosas curvas aunque con mucha más luz, la tensión se palpaba en el ambiente. ¿Saldría el primo del difunto a rematar la faena?
Casualmente en 3 años de conducción no había habido percances y desde aquel día, en 2 meses hemos topado con varios gatos aunque sólo el ya sabido por todos, tuvo un final trágico.
Como no a mitad de camino, la pregunta era obligada y sonó casi al unísono, mi novio y yo nos preguntamos el uno al otro ¿te acuerdas a qué altura fue?
Una vez en la taquilla, la sacamos. Esa entrada especial, aquel pase VIP recibido en su día sin casi ilusión, pero que ese día nos hizo sentir importantes.
Al entregarla, la chica de la entrada pecó de poco observadora y nos indicó que lo sentía mucho pero que esa invitación sólo era válida de lunes a jueves. Entonces, imitando a E.T., estiré mi cuello y asomando por la ventanilla del piloto dije: “Es que está firmada por Chema”
No hizo falta más, sobraron las palabras. Avanzando hacia la enorme pantalla en vez de sobre gravilla parecía que rodábamos sobre una alfombra roja.
Pero de repente, vemos que la persona del chaleco amarillo y la superlinterna no es nuestro Chema, ¡menudo chasco!
Pero amigos, lo último que hay que perder es la esperanza. Saliendo del coche dispuestos a incorporarnos con paciencia a la inmensa cola que ya había, y eso que fuimos una hora antes, para pedir la cena, le vimos, el anónimo mecánico que nos diagnosticó el problema el fatídico día.
Llenos de confianza en nosotros mismos nos acercamos a él: “Perdona, que solo queríamos darte las gracias. Somos aquellos del gato que tuvimos que llamar a la grúa…”
A mitad de la frase ya estaba asintiendo con la cabeza y al acabar nos hizo un resumen de lo ocurrido, haciéndonos ver que se acordaba perfectamente de nosotros.
Por supuesto le preguntamos por Chema y nos dijo como si de la familia fuésemos que estaba en un crucero. Que hace un tiempo se había quedado viudo y se dijo que había que disfrutar la vida y cada vez que podía se iba de viaje.
Lo que en los siguientes 30 minutos se habló llevaría otro artículo. Sólo diré que en un momento de la conversación, me abstraje y mirando la escena desde fuera, bien parecíamos colegas que no se veían hace tiempo y se estaban poniendo al día. Increíble, pero cierto. Nos puso al corriente de la historia del autocine y la verdad que es entrañable y admirable a su vez.
Para aquellos que no conocéis a la persona físicamente hablando, pediros que cuando a través de la emisora en invierno, al final de la sesión se agradece el haber ido y se anuncia la película que emitirán la semana siguiente y en verano, cuando a las 22:30 aún hay luz y se informa que van a esperar 5 “minutines” para empezar, respetéis esa voz anónima, ya que pertenece a una persona buena y amable.
Pediros también que cuando el “acomodador” os pida que apaguéis las luces o mováis el coche para facilitar la visibilidad de otro vehículo, hagáis caso a Chema otra persona también buena y amable.
Bicho
Breve historia del silencio
Hace 8 años
3 comentarios:
Conclusión....para colarse en el autocine una buena táctica es hacerse pasar por colegui del chema.
Tengo que ir un día yo al autocine con la bici ejjeje
Bea, sabes que me caes bien, pero falta una niñita ciega y Michael Lanon y esto es igual que una mezcla de autopista al cielo y la casa de la pradera. NOS MOLA LA CARROÑA!!!!
Mañana saldréis a tomar unas sidras no?¿?
Un saludo pepista.
SI, SEGURAMENTE HOY VAYAMOS A TOMAR UNA SIDRINA AUNQUE SEA AUNQUE YO HASTA EL 10 NO COBRO PERO SE HARA COMO MINIMO ACTO DE PRESENCIA
Y BIEN BONITA QUE ERA LA CASA DE LA PRADERA JUAS JUAS
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