miércoles, 18 de junio de 2008

Despropósitos de una asturiana en Madrid: sangrando Gijón

Durante este fin de semana en Gijón y ya hace tiempo hay mucha gente que me pregunta si pretendo volver a mi tierra. Llevo tiempo pensado mucho, aunque no lo parezca, le he dado muchas vueltas a la cabeza a todo esto que llevo viviendo… a estos despropósitos en la gran urbe. Ahora recuerdo mi marcha de Gijón como una necesidad de aire nuevo, de conocer gente nueva, de proponerme metas un poco más altas. Creo que en el fondo trato de disfrazar un odio a una ciudad que me cansaba, me hartaba y con la que estaba enfadada. Ahora mi villa gijonesa y yo sabemos que nos hemos reconciliado, pero las dos sabemos que lo nuestro es un amor-odio que nos impide estar juntas. Envidio a la gente que no puede separarse de Gijón. Envidio a Il Magico y a Señor S por querer como quieren a esta Gigia nuestra. Aunque a veces no lo parezca, la envidia, siempre sana, está ahí, aletargada. En Madrid me enamoré, me di cuenta de lo asquerosamente urbanita que soy, de lo que me gusta la soledad entre cuatro millones de personas (puede que sea triste, pero las cosas tristes tienen ese magnetismo, no lo digo yo, lo dicen las canciones). Además estudié algo que me fascinó desde siempre… bueno desde siempre no… elegí en un primer momento la carrera porque no había facultad en Asturias, porque me obligaba a huir, que es lo que quería. Pero poco a poco descubrí que la pedorra incansable, incayable había elegido la carrera perfecta. En Madrid lo he pasado muy bien, pero también muy mal, a pesar de todo ello siempre he sabido lo que quería en cada momento. Y si no lo sabía en seguida aparecía el camino de baldosas amarillas que me indicaba como llegar a Oz. Ahora esta pequeña Dorothy, rubia de bote, se siente un poco perdida, no sabe cual es el camino que tiene que seguir, vive en su mundo feliz pero se siente una completa subnormal.

Anónimo profesional lo dijo recientemente, queremos lo que no podemos tener. Yo, se puede decir que lo tengo casi todo… y aún así siento que no sé por donde tirar, me canso, me canso…
me c a n s o…
y es irremediable… no sé lo que quiero porque no se lo que no tengo… supongo que ahí está el quiz de la cuestión… ¿Es posible que queramos siempre lo que no tenemos? El otro día en Gijón quería que me ataran los pies a una farola para no poder marchar, pero aún así, llego a Madrid y siento que llego a casa.

The V.O.S. me dijo que suele buscar ofertas de trabajo de publicidad en Gijón para que vuelva… pero señores, creo que prefiero admirar mi Gijón desde lejos. Que se me llene la boca hablando de las maravillas de mi ciudad a todos los que se me cruzcan por delante. Que me encuentre con alguien de Gijón y me sienta hermanada a ese ser que no conozco apenas. Sabina ya lo escribió en su día: “En Comala comprendí / que al lugar donde has sido feliz / no debieras tratar de volver”.


Perdónenme por esta sarta de cosas que no vienen a cuento. Me desnudo ante ustedes… en el sentido figurado (que ya le veo venir Sr Mágico)


Pero en veranín voy eh?


Señor-ina

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno se queda mucho mejor cuando habla desde dentro y con la verdad.

Gracias :)

Avan dijo...

Cómo no te vas a sentir en casa cuando regresas a Madrid...Si ese barrio tuyo es igual que pumarín!!.

FBlack dijo...

Me identifico plenamente con este post, a mi me pasa igual...me voy fuera de mi tierra y me entra la melancolía y el apego al terruño. Luego he vuelto y cuando llevaba unos meses me he vuelto a sentir sin aire y he tenido que marchar otra vez...así llevo ya varios años y creeme, todavía no se cual es mi sitio. Suerte!

Anónimo dijo...

COMO NO TE VAS A SENTIR EN CASA EN MADRID!! SI ES UNA CIUDAD QUE HACE GENTE COMO YO JAJAJA. YO SIN EMBARGO A PESAR DE SER GATA, NO ME MUEVO DE MI GIJON. AMADRID NO LOCA PA MI, SE ES DE DONDE SE PACE Y NO DE DONDE SE NACE. MI SANGRE ESTA EN MADRID PERO VOSOTROS, MI FAMILIA ESTAIS AQUI.

Anónimo dijo...

Hortaleza y el Polígono... están ahí ahí...

Anónimo dijo...

Eso es! barrios con chicha!