lunes, 24 de marzo de 2008

Estoy alojada en la Pensâo Sevilha, habitación 210


La pensión de vistas destartaladas no fue lo que esperábamos… tras llegar y descubrir que nuestra reserva se había perdido como se pierden los ecos del fado entre las calles lisboetas, nos realojaron en un edificio de escaleras inestables, moqueta desaliñada y puertas llenas de rendijas. Algo más cara… pero con baño privado. ¿Están limpias las sábanas? Sí, todo está limpio.

No había bicicletas, ni música electrónica como en Berlín. Lisboa es una ciudad de cuestas adoquinadas, telarañas de cables de tranvía y caipirinha. La noche es del Barrio Alto, de sus pequeños restaurantes. Tres fueron los que nosotras descubrimos: A Cataplana, O Caracol y Faz Frío. A Cataplana se nos presentó tras nueve horas de viaje… “Si tiene mantel de cuadros entramos…”. Cinco o Seis mesas en un espacio no más grande que mi salón. A nuestra derecha unos portugueses cenaban y nos recomendaban el arroz con marisco, a la izquierda unos gallegos charlaban con nosotras sobre las experiencias vividas en la ciudad. Y de repente, no sé en qué momento, las luces se apagaron, nos quedamos en una penumbra deliciosa mientras la portuguesa de nuestra derecha, Teresa, y su compañero de mesa a la guitarra nos deleitaron a los presentes con unos fados… El vino se acabo y pedimos otra jarrita mientras unos y otros, cocinero, camarero y demás paisanos del lugar nos endulzaban con música portuguesa… O Caracol… más grande pero con manteles a cuadros… el bacalao con nata increíble, el vino no tan rico, y sin fado, pero igualmente recomendable. El último, para una noche de frío como aquella, Faz Frío, unos pescados ricos ricos, nosotras optamos por dorada y no nos equivocamos. Tras las cenas, la noche se pasea por los pequeños barecitos que sirven una caipirinha bastante subidita de tono mientras las gente bebe y conversa en la calle… una Malasaña sin policía, un Lavaderu con ron en vez de sidra… nos iluminaban lechugas y bailamos mientras el camarero atestado de tatuajes no dejaba de preparar cócteles con una pantalla a sus espaldas que proyectaba una película de Johny Depp. Y gente, mucha gente…

Por el día todo tiene otra luz, la luz del sol que ilumina los adoquines. Una ciudad que a ratos parece fantasma. Edificios que parecen haber vivido cien guerras y se mantienen en pie, cansados y un poco sucios, pero mantienen una chispa de brillo, el brillo que se refleja en sus azulejos de colores. El sonido de Lisboa es el de las vías chirriantes, el de los tranvías avisando de que se aproximan. La Torre de Belem despide al Tajo en su desembocadura y da la bienvenida a cientos de turistas que como nosotras disfrutan del sol tumbados en el césped. Al otro lado de la ciudad, se levanta impávido el Castillo de San Jorge, una fortaleza que deja imaginar historias medievales entre sus muros. Y en cada esquina, un pequeño mirador desde donde descubrir un nuevo secreto de esta ciudad, de sus calles, de su vida…






Señor-ina


13 comentarios:

Avan dijo...

La pensao sevilha, cuanto menos tiene un cartel acogedor.

il 'magico' dijo...

yo estoy confundido...

El Espíritu de Humboldt dijo...

Dios Lisboa. Que sabor... Yo estuve durmiendo en la base naval de Alfeite al otro lado de la bahía en un barracón de unas 50 literas antes de enrolarme en mi blanco velero.

La noche... Todavía recuerdo el bar Ricardo´s donde pude ver al mejor camarero del mundo. El tío atendía solo a toda la discoteca, barra y música, sin hacerte esperar e intercambiando malabares al más puro estilo Tom Cruise en "cocktail" con conversación divertida.

Para fados los de Amália Rodrigues.

Unknown dijo...

Adoro Lisboa. Fados no sé, pero caipirinhas y cócteles de esos maravillosos...

Grande Ricardo, cierto es.

il 'magico' dijo...

Si es que siempre me toca a mi, aun corriendo el riesgo de parecer un poco borde, tengo que decirlo:

En Portugal no se bebe caipirinha.
La caipirinha se hace con cachaça, no con ron. Con ron se hace la caipirissima, que si que se bebe en portugal... y hasta en la Semana Negra y el Players si me apuras!

Desde el cariño y el respeto!

Bonita del Norte dijo...

Te voy a mandar a Lisboa de misión especial para que riñas a todos los bares por publicidad engañosa en sus carteles...

Siento ser tan ignorante. Menos mal que te tengo a ti para que me quites la venda de los ojos

jajajaja

il 'magico' dijo...

Para algo estudiaste lo que estudiaste...
y no me tires de la lengua! que cosas engañosas en tu articulo hay unas cuantas!!!

María a rayas dijo...

las percepciones no son engañosas, son simplemente eso, percepciones subjetivas...
y no, no hay dos ciudades iguales, (aunque yo soy de la opinión de que son todas la misma) todo depende de los ojos que las miren, de las manos en tus manos con las que las dibujes, de las noches y las camas que visites...
depende...
por eso no hay nada engañoso
simplemente subjetivo

il 'magico' dijo...

1)
" Por el día todo tiene otra luz, la luz del sol que ilumina los adoquines. Una ciudad que a ratos parece fantasma. "

Por el dia todo tiene otra luz? Comparado con la noche??? claro, claro, claro...

Y yo tambien me imaginaba una ciudad fantasma con otra luz... pero mas bien con poca!

2)
" Edificios que parecen haber vivido cien guerras y se mantienen en pie, cansados y un poco sucios, pero mantienen una chispa de brillo, el brillo que se refleja en sus azulejos de colores. "
Los azulejos sucios, no brillan...XDD
Mr.Proper al principio ahora se llama Don Limpio!

Admito que en estas dos cosas, mas que quisquilloso, fui otra cosa, pero....

3)
"Y de repente, no sé en qué momento, las luces se apagaron, nos quedamos en una penumbra deliciosa..."

Si nos dices: -me robaron la cartera en el Rastro y no se en que momento- ¡Nos lo creemos!, pero que nos digas que estabas en un restaurante y no sabes en que momento se apagaron las luces...
Apuesto a que las luces se apagaron justo en el mismo momento en el que os quedasteis en la deliciosa penumbra

Me habeis obligado, pero posteo desde al cariño y la amistad e!

María a rayas dijo...

ooooooooooye, que son licencias poéticas...
aunque si se trata de hacer un análisis del texto en si...
1)bueno yo diría que la frase: "Una ciudad que a ratos parece fantasma" sobra, puesto que no tiene que ver con la frase de la luz anterior y está ahí sin verbo y sin na...da lugar a confusión...yo no lo habría incluido...

En cuanto a lo de la luz...no se refiere a luz como tal, sino a halo..con lo que es verdad que la imagen es diferente, el halo que se respira...

2)lo del brillo es verdad que es un poco contraproducente, si lo que querías decir, querida -ina, es que mantienen un poco el encanto o la magia, utiliza encanto o magia, no brillo, que da lugar a error...

3)"Y de repente, no sé en qué momento, las luces se apagaron, nos quedamos en una penumbra deliciosa..."
bueno, aquí no coincido contigo "magico", la -ina no sabe en qué momento de la noche fue el momento en que se quedaron en penumbra. Está perfectooooo....

y con esto y un bizcocho, esta repelente (que dios como se aburre en el trabajo) se despide...
besitos

Bonita del Norte dijo...

viva los puntillosos!

il 'magico' dijo...

No te pongas furruñosa ina!! que estamos debatiendo tranquilamente!

Anabel Rodríguez dijo...

¡Virgen Santa!, cuanto quisquilloso suelto, con las licencias poéticas ajenas..., como para llevaros la contraria.
Señor-ina, tú di lo que quieras, que para eso es tu percepción personal e intransferible de Lisboa. Faltaría mas...
Después de dejarme llevar por esta indignación fingida (porque la amistad se palpa entre vosotros), te diré que me ha gustado el post, porque así he podido ver vuestra visita a Lisboa (al menos de María y tuya), desde una perspectiva más completa, distinta.
Me alegro de que lo pasarais bien...