La publicidad sigue siendo una técnica de comunicación masiva, destinada a difundir o informar al público sobre un bien o servicio, a través de los medios de comunicación, con el objetivo de motivar al público hacia una acción (según la Wikipedia por supuesto). Vender puede ser una acción bien válida y para ello hay que agudizar el ingenio. Si quiere que su empresa salte al estrellato, y hacer billetes como el "negro" que escribió el libro de Ana Rosa Quintana, póngase las pilas y haga propaganda de impacto, publicidad que ofrezca algo, que dé al público lo que quiera y lo que no quiera también. All Harrington, con una fórmula similar a la utilizada en otros espacios publicitarios como el de "Muñecos hichables que bailan y saludan como idiotas" y, a sabiendas de que si una cosa funciona lo mejor es seguir utilizándola, vuelve a la carga con estos flamantes artículos... Juzgue usted mismo:
El Espíritu de Humboldt
Breve historia del silencio
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