domingo, 7 de marzo de 2010

Despropósitos... gotas

...y ahí fuera sigue lloviendo... llueve como si no quisiera que la lluvia se fuera de mi interior. Por primera vez en mucho tiempo me he mirado en el espejo y me he visto guapa. Por primera vez en mucho tiempo tengo ganas de sonreír. Prometí. Me prometí dejar de escribir lo que me ronronea dentro, pero hay días que se hace difícil cumplir promesas. Porque joder, quiero sonreír pero es que no para de llover. Les confesaré que hace un par de meses me planteé dejar esta puta droga de ciudad y volverme al Cantábrico. Es esa derrota que te sobrecoge cuando nada te sale, cuando todo se tuerce, cuando nadie te quiere. Hoy siguen sin salirme las cosas, todo sigue torcido y sigue sin quererme... he perdido la cuenta de los años que hace que no me dan un beso, de esos de tornillo, de esos que te erizan la piel. Pero ya no me importa porque quiero volver a sonreír, pero coño, es que no me dejan. Sigue lloviendo. Echo de menos muchas cosas, te echo de menos a ti, a vosotros, a los de allí arriba, pero echar de menos es lo que me mantiene viva y ahora quiero sonreír. El trabajo que esperaba no salió y el cansancio me invade. Hoy es de nuevo domingo, depresión postfindesemanal, y un día en pijama contando los fallos de la quiniela, pero joder, quiero sonreír. Y sonrío. Porque ya basta, porque no hay dinero, no hay tiempo, no hay gente y sigo sola, pero da igual. Me río y sonrío, porque me veo guapa y, si tú, lluvia, no me quieres dejar sonreír, te jodes, porque sonrío. Sonrío porque me recuerdas a mi tierra, a mi casa, al lugar que siempre estará ahí cuando me sienta vencida... pero por el momento, sigo con el mono de esta droga que es Madrid, aunque no deje de llover.

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