lunes, 19 de octubre de 2009

Cuando los ciclistas llevaban gorra..


Con la reciente muerte de Frank Vandenbroucke, ya se han ido, si no los mejores, sí los tres ciclistas más carismáticos de finales de los 90. Chava Jiménez, Pantani y Vanderbroucke fueron quienes dieron las mayores exhibiciones de ciclismo en aquellos años. Polémicos, luchadores, irregulares, bipolares, impulsivos, … Capaces de lo imposible. Vivieron y murieron en circunstancias parecidas, siempre a la sombra del dopaje.

Pantani fue el que mejores resultados obtuvo. Ambicioso y valiente, no se conformaba con las etapas, atacaba sin mirar atrás. En 1998 ganó Giro y Tour. Frank y Chava, en cambio, no cosecharon un gran palmarés. El primero iba para figura, tenía unas condiciones espectaculares para las clásicas, incluso una gran vuelta en las piernas, pero un carácter rebelde y vividor truncó su carrera. Una Lieja y una París Niza fueron sus victorias más prestigiosas. Chava, por su parte, llegó a ser tercero en la Vuelta de 1998, por detrás de su compañero de equipo Olano y de Escartín, superando en escasos segundos a un renacido Lance Armstrong. Fue su mejor resultado en una vuelta de tres semanas, le llegó sin buscarlo, pues siempre fue un cazaetapas. Los comentaristas no podían entender por qué un corredor de sus características, que tranquilamente podría disputar una general, iba a las contrarrelojs con la gorra y la cabra, casi de paseo, renunciando ya de antemano a la lucha por el podium.

En la retina la etapa que ganó Frank en Ävila, después de haber hecho una subida estratosférica al puerto de Navalmoral.




La ascensión que hizo Chava al Angliru, en el estreno de dicho puerto en al Vuelta a España, alcanzando finalmente a un Pavel Tonkov que no daba crédito.





Y el último gran ataque que hizo Marco Pantani en su carrera deportiva.





Poniendo de manifiesto su carácter guerrillero e inconformista. Intentándolo una y otra vez buscando irse de Frigo, Simoni y compañía. No se jugaba ni la etapa ni la general, se jugaba su orgullo. Un año después apareció muerto en una habitación de hotel.


Tres gladiadores modernos, que pasarán a la historia del ciclismo, no tanto por sus triunfos como por la manera en la que los consiguieron, y a los que sin lugar a dudas les costó bien cara su búsqueda de la eternidad.

Señor S

4 comentarios:

El Espíritu de Humboldt dijo...

Épico!!

Pepunto "Fonz" dijo...

Ya sabes k me tocas la fibra

Pepunto "Fonz" dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Bonita del Norte dijo...

me duermo.... jajajajaja