miércoles, 14 de diciembre de 2011

Guerra Mundial Z



No se por qué leí este libro. Quizá porque lo escribió un tal Max Brooks, hijo del mítico Mel Brooks (al menos algo de gracia tendrá ). O tal vez porque en 2012 , en pleno apogeo del Zombi como monstruo IN, esté previsto el estreno de la versión cinematográfica de la historia, protagonizada por Brad Pitt y dirigida por Marc Forster, responsable de películas tan buenas como “Cometas en el cielo” o “Monster's ball” (si a Marc le va será por algo). O Puede que por el dinamismo del nombre del autor , ¿quién sabe?, mi afición al género también influiría, supongo. En fin, el caso es que al final lo compré.

La noche de los muertos vivientes


Siete meses después del comienzo de la lectura, lo terminé. De lejos el libro que más me ha durado, y eso que es bastante estrecho. En mi defensa puedo decir dos cosas:


  1. Es de carácter coral, se trata de un compendio de las declaraciones efectuadas por supervivientes de diversa nacionalidad a un reciente Nodeltodoapocalipsis Zombi a escala planetaria. Así que podías ir leyéndolo cada vez que ibas al retrete sin perder mucho el hilo.

  2. Es pura basura y eso, quieras que no, hace que uno se lo tome con calma.


A modo de crítica, y claramente influido por la estructura del libro, unos cuantos apuntes sobre Guerra mundial Z, aparentemente inconexos entre sí, pero que darán una idea global sobre la catástrofe.


  • Toda la gama de personajes que van contando su historia, gentes de diferente color, profesión y condición, ya se trate de una ama de casa de Irán o un deshollinador chino, tenían algo en común; se expresaban del mismo modo, como si fuesen un veterano de Vietnam, natural de Texas y con excesiva salivación. Al final da la sensación de que todas las historias, que en cuanto temática, hay que decirlo, son bastante heterogéneas, te las está contando la misma persona. Esto, lógicamente, le resta credibilidad al relato. Ejemplo arquetípico: Joder, los putos zetas sabían lo que hacían tío - Escupe

  • La Política-Ficción del libro está cimentada en un sólido amalgama de datos históricos, ubicaciones geográficas y estereotipos socio-culturales que, siendo francos, ha debido requerir un importante trabajo de investigación y googlealización. Pero a pesar del esfuerzo el resultado no dista en demasía de este hilarante hilo, extraído de Forocoches, en el que un grupo de patriotas debate sobre un posible renacimiento del Imperio Español

  • En la dedicatoria, justo antes de un “Te quiero, mamá” , Max se acuerda del gran George A Romero. Es lo único Romeriano en esta historia.

  • La palabra “Follar” se menciona una vez a lo largo de la novela. Tras un escupitajo. La frase está metida con calzador, como si se tratase de una exigencia de la editorial. El símil cinematográfico sería cualquier escena de carácter sexual rodada por Steven Spielberg.

  • En el conflicto Z , hay un punto de inflexión tras una arenga del presidente de los EEUU al resto de representantes internacionales durante una especie de convención de la ONU

  • Como obra clave en la actual locura con los muertos vivientes en la que estamos sumergidos, en Guerra Mundial Z se evita usar la palabra Zombi para referirse a los caminantes, usándose el término Zetas (como el Seat 131 de la madera)

Los muertos vivientes molaban más cuando a nadie le molaban. Está claro. De todos modos tiene sentido que sean el monstruo de esta época. En los 50 y 60, en plena guerra fría, eran los alien quienes partían el bacalao. Algún día los profes de historia de instituto explicarán el principio de milenio en clave Zombi.


Señor S




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